Tuesday, January 02, 2007

§ El gobernador del estado para el periodo 2007-2012 convocó a las fuerzas políticas de la entidad a sentarse y dialogar sin condiciones previas

§ Aseguró que la contienda electoral quedó atrás y con ella las posiciones públicas de los partidos

§ Acompañado por el titular de la Secretaría de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, Granier Melo afirmó que no gobernará con colores partidistas


Luego de rendir protesta como gobernador constitucional del estado, Andrés Rafael Granier Melo hizo un nuevo llamado a las fuerzas políticas de la entidad para sentarse a dialogar sin condiciones previas, con el único propósito de servir a Tabasco, pues la contienda electoral quedó atrás y con ella, las posiciones públicas de los partidos.


Acompañado por el secretario de Gobernación (Segob), Francisco Javier Ramírez Acuña, quien acudió a la ceremonia con la representación del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, el mandatario resaltó la importancia de reconciliar para construir un frente común contra la pobreza y la marginación, “para iniciar una nueva etapa en el progreso de Tabasco”.


Para ello, reiteró su disposición y ánimo constructivo, toda vez que se dijo un hombre que cree en el trabajo en equipo, en la corresponsabilidad y el esfuerzo compartido. “Todos podemos ser ganadores si escuchamos la voz del pueblo, si hacemos caso al sentido común y nos proponemos avanzar en la misma dirección”, enfatizó.


Granier Melo afirmó que no gobernará con colores partidistas, y prueba de ello es que el equipo de colaboradores que lo acompañará en la encomienda conferida con sus paisanos lo integran hombres y mujeres que comulgan con diferentes ideologías políticas, pero que tienen algo en común: el amor por Tabasco.


Subrayó que su administración está conformada por caras nuevas, de diferentes edades y variadas formaciones académicas, a quienes ha instruido servir con sencillez a los tabasqueños. “La arrogancia es una palabra que no tendrá cabida entre nosotros. Cualquier desviación de esa línea de conducta será reprobada por el pueblo y el gobernador de Tabasco”, advirtió.


Durante la ceremonia, a la que asistieron los ex mandatarios Enrique Priego Oropeza, Víctor Manuel Barceló Rodríguez y Manuel Gurría Ordóñez, así como el gobernador saliente, Manuel Andrade Díaz, el nuevo jefe del Ejecutivo estatal puntualizó que a partir de este 1 de enero comenzará a atender las demandas de la población en el recinto ubicado frente a Plaza de Armas, “pero la mayor parte del tiempo gobernaré en las villas, poblados y cabeceras municipales de la entidad”.

Aseguró que su administración se sumará al esfuerzo de los municipios y las dependencias se acercarán a los lugares en los que se registren problemas, para lo cual desarrollará una nueva estructura administrativa más acorde y en la que el pueblo sea el principal actor, lo que hará posible que el gobierno esté pendiente de cada asunto que tenga qué ver con el bienestar de los tabasqueños.

Andrés Granier subrayó que otra medida importante ha sido el diseño de un programa de Cien Días –que anunciará los primeros días de enero–, para el cual se integraron diferentes criterios, aunque el más importante de todos es el que surgió de las necesidades mismas de la población, la cual expresó su preocupación por la seguridad de sus familias y patrimonios.


En ese sentido, comentó que hará de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) dos entidades que se ganen al pueblo y el respeto de la sociedad, e indicó que ambas trabajarán coordinadamente con la Secretaría de Gobierno, en aras de hacer de Tabasco un lugar seguro para las inversiones y sus habitantes.

“Llego al gobierno con la conciencia limpia, a servir con toda mi fuerza y capacidad. Conozco las necesidades y sé lo que debo hacer”, manifestó el mandatario estatal, quien agradeció a los tabasqueños la confianza depositada en su persona para encabezar los destinos de Tabasco durante los próximos seis años, al tiempo de reiterar su compromiso de trabajar para rescatar la palabra empeñada con sus paisanos.